En el Día Internacional de los
Derechos Humanos todavía hay muchos países que no respetan los
derechos fundamentales. En los últimos seis años, el mundo ha sido
testigo de un aumento del 70% en el número de países que plantean
un "riesgo extremo" para los derechos humanos, según los
datos extraídos de la empresa de análisis Maplecroft.
La cifra ha aumentado de 20 en 2008 a
34 este año. Siria (puesto número 1 en 2014), Egipto (16º), Libia
(19º), Mali (22º) y Guinea-Bissau (74º) demuestran que a nivel
regional, Oriente Medio y África del Norte representan la mayor
parte de este incremento.
Además de Siria, Egipto y Libia, otros
países en "riesgo extremo" de la región son Irak (7º),
Yemen (9º), Irán (11º) y Arabia Saudí (31º). En el África
subsahariana, los conflictos étnicos y sectarios han aumentado dicho
riesgo. Sudán, República Democrática del Congo (3) y Somalia (5º)
se mantienen entre los cinco países en riesgo extremo del mundo.
En Asia, el aumento también es
evidente. Los países de mayor riesgo son Pakistán (4º), Afganistán
(6º) y Myanmar (octavo). En Bangladesh (17º) y la India (18) las
violaciónes sexuales y la falta de derechos laborales representan a
su vez un riesgo extremo para estos países.
Maplecroft analiza la frecuencia, la
gravedad y el riesgo de complicidad en 35 categorías de los derechos
humanos en 197 países. Esto permite a Maplecroft supervisar las
violaciónes de derechos humanos desde 2008. Países como Irak,
Nigeria, China, Bangladesh, la India, Colombia, Filipinas, Etiopía,
Indonesia y Arabia Saudí han experimentado un aumento de los riesgos
de derechos humanos desde 2008.
Estos son los 10 países en riesgo
extremo:
1.- Siria
El conflicto armado interno entre las
fuerzas del gobierno y la oposición, integrada por el Ejército
Sirio Libre y otros grupos armados, estuvo caracterizado por la
comisión de abusos graves contra los derechos humanos, crímenes de
guerra y crímenes contra la humanidad. Las fuerzas del gobierno,
responsables de la gran mayoría de las violaciones de derechos
humanos, lanzaron ataques indiscriminados contra zonas residenciales
utilizando aviones, proyectiles de artillería, morteros, armas
incendiarias y bombas de racimo. Ayudadas por milicias afines,
detuvieron a miles de personas, incluso menores de edad, y sometieron
a muchas de ellas a desaparición forzada. La tortura y los malos
tratos a personas detenidas eran habituales; según varios informes,
al menos 550 personas murieron bajo custodia, muchas de ellas tras
haber sido torturadas. Otras fueron ejecutadas extrajudicialmente.
Seguía habiendo francotiradores de las fuerzas de seguridad que
disparaban contra asistentes a manifestaciones pacíficas contra el
gobierno o funerales públicos.
Ataques contra periodistas: Los
periodistas sufrían hostigamiento de todas las partes en el
conflicto, y las fuerzas del gobierno sirio hostigaban también a
quienes hacían periodismo ciudadano. Al menos 11 periodistas
murieron en ataques que parecían dirigidos específicamente contra
ellos, mientras que otros fueron detenidos o tomados como rehenes.
También murieron periodistas como consecuencia de bombardeos
indiscriminados o de fuego cruzado.
Tortura y otros malos tratos: La
tortura y otros malos tratos a detenidos, incluidos menores de edad,
eran práctica generalizada, cometida impunemente por las fuerzas del
gobierno y sus milicias a fin de obtener información, “confesiones”
y castigar y atemorizar a presuntos opositores del gobierno. Se
utilizaban métodos como propinar a la víctima fuertes palizas,
colgarla de las extremidades o introducida en un neumático,
aplicarle descargas eléctricas y violarla o infligirle otros abusos
sexuales. Con frecuencia, los detenidos permanecían recluidos en
condiciones de hacinamiento e insalubres, sin acceso a tratamiento
médico o incluso sometidos a abusos por parte del personal médico.
2.- Sudán
En su guerra particular con Sudán del
Sur los acuerdos posteriores a la independencia sobre ciudadanía,
reparto del petróleo y demarcación de fronteras sigue en pie. El
conflicto en los estados de Darfur, Kordofán del Sur y Nilo Azul
hacen de Sudán un país extremadamente peligroso ante el
cumplimiento de los derechos humanos. El Servicio de Seguridad
Nacional y otros agentes del Estado siguen cometiendo violaciones de
derechos humanos contra personas consideradas críticas con el
gobierno por ejercer su derecho a la libertad de expresión,
asociación y reunión.
Pena de muerte: En mayo y julio, dos
mujeres, Layla Ibrahim Issa Jumul, de 23 años, e Intisar Sharif
Abdallah, de 20, fueron condenadas a muerte por lapidación. Ambas
habían sido declaradas culpables de adulterio basándose únicamente
en su confesión, obtenida mediante coacción. Las dos fueron puestas
en libertad tras la apelación.
Conflicto armado: Darfur: Entre el 26
de septiembre y el 2 de octubre, hombres armados atacaron el pueblo
de Hashaba Norte y sus alrededores; se registraron más de 250
víctimas. El 2 de octubre, 4 miembros de las fuerzas de
mantenimiento de la paz de la UNAMID murieron y 8 resultaron heridos
en una emboscada en el oeste de Darfur, cerca de su base de El
Geneina.
3.- Congo
La precaria situación de seguridad en
el este del país sufrió un grave deterioro debido a la
proliferación de grupos armados –entre ellos el recién formado
grupo 23 de Marzo–, al fácil acceso a municiones y armas y a las
violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas armadas
congoleñas. Los grupos armados y las fuerzas de seguridad
gubernamentales amenazaron, hostigaron y detuvieron arbitrariamente a
defensores y defensoras de los derechos humanos, periodistas y
miembros de la oposición política.
Violencia contra mujeres y niñas: La
intensificación de las hostilidades se cobró un precio terrible en
las mujeres y las niñas, que fueron víctimas generalizadas de
violación y otras formas de violencia sexual a manos de las FARDC y
los grupos armados. Las mujeres y niñas que corrían un riesgo
especial eran las que residían en pueblos elegidos como blanco de
saqueos y operaciones de intimidación por los grupos armados y el
ejército nacional, así como las que vivían en campos para personas
desplazadas, que a menudo tenían que recorrer grandes distancias
para llegar a sus tierras.
4.- Pakistán
En octubre, el intento de asesinato por
los talibanes paquistaníes de una adolescente, activista de los
derechos humanos, puso de relieve los graves riesgos que afrontaban
periodistas y defensores y defensoras de estos derechos. Las minorías
religiosas sufrían persecución y ataques, incluidos homicidios
selectivos perpetrados por grupos armados y actos de violencia
promovidos contra ellas por líderes religiosos. En las zonas
tribales y en la provincia de Baluchistán, los militares y los
grupos armados siguieron cometiendo abusos, como desapariciones
forzadas, secuestros, tortura y homicidios ilegítimos.
Los tribunales lograron que las
autoridades presentaran ante ellos a algunos hombres que habían sido
víctimas de desaparición forzada, pero no procesaron a los
responsables en juicios justos. En noviembre, las autoridades
militares llevaron a cabo una ejecución, la primera que tenía lugar
en Pakistán desde 2008. Los ataques contra trabajadores y
trabajadoras de la salud afectaron significativamente al acceso a los
servicios médicos en las regiones remotas y sumidas en conflictos.
En febrero, el Parlamento aprobó una ley que establecía una
comisión nacional sobre la condición de la mujer, y en marzo aprobó
otra que creaba una comisión nacional de derechos humanos.
Pena de muerte: Había más de 8.300
personas pendientes de ejecución, algunas de ellas desde hacía 20 o
30 años, y durante el año fueron condenadas a muerte 242. En
noviembre, las autoridades militares ejecutaron a Muhammad Hussain
por matar a un superior y a otras dos personas en el distrito de
Okara, provincia de Punyab, después de que el jefe del Estado Mayor
del Ejército y el presidente denegaran la petición de indulto. Fue
la primera ejecución realizada en Pakistán desde 2008. Aunque el
gobierno se desvinculó de la decisión de llevarla acabo, dado que
la habían tomado las autoridades militares, a los activistas contra
la pena capital les preocupaba el riesgo de que con ella se abriera
la puerta a la reanudación de las ejecuciones.
5.- Somalia
Las fuerzas progubernamentales tomaron
el control de algunas ciudades clave que estaban en poder de Al
Shabaab, entre ellas el puerto de Kismayo. La transición política
puso fin al mandato del Gobierno Federal de Transición. En agosto se
seleccionó un nuevo Parlamento, en septiembre se designó un nuevo
presidente y en octubre se nombró un nuevo primer ministro. Miles de
civiles murieron, resultaron heridos o se vieron desplazados debido
al conflicto armado y la violencia generalizada. El acceso de los
organismos de ayuda humanitaria seguía sufriendo limitaciones debido
a los combates, la inseguridad y las restricciones impuestas por las
partes en el conflicto. Un total de 18 periodistas perdieron la vida;
otros fueron objeto de ataques y hostigamiento y tuvieron que
exiliarse. El personal de las organizaciones de ayuda humanitaria y
de derechos humanos seguía siendo también el blanco de los ataques.
Los grupos armados seguían haciendo reclutamiento forzoso, incluso
de niños y niñas, y llevando a cabo secuestros, tortura y
homicidios ilegítimos.
Niños y niñas soldados: Al Shabaab
seguía reclutando por la fuerza a niños antes de las operaciones
militares y en el curso de ellas. La mayoría eran enviados a primera
línea. Se acusó también a las milicias afectas al gobierno de
seguir reclutando y usando niños y niñas soldados. En julio, el
Gobierno Federal de Transición firmó un plan de acción con la ONU
para poner fin al reclutamiento y uso de niños y niñas soldados en
sus propias fuerzas armadas. Al terminar 2012 la aplicación del plan
no había comenzado, y seguía habiendo niños y niñas en las
fuerzas armadas gubernamentales.
6.- Afganistán
Miles de civiles siguen sufriendo
ataques tanto selectivos como indiscriminados de grupos armados de la
oposición. Las fuerzas de seguridad internacionales y nacionales
también causaron muertos y heridos en la población civil. Según la
Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán(UNAMA), más de 2.700
civiles perdieron la vida y 4.805 resultaron heridos, la gran mayoría
–el 81%– a manos de grupos armados. La tortura y otros malos
tratos eran habituales en los centros de detención de todo el país,
pese a algunos esfuerzos del gobierno para reducir su incidencia. La
violencia y la discriminación contra mujeres y niñas seguían
siendo generalizadas, tanto en el ámbito institucional como en la
sociedad en general.
El gobierno trató de imponer controles
más estrictos a los medios de comunicación, lo que provocó la
indignación de quienes trabajaban en ellos, que seguían sufriendo
detención y amenazas de las autoridades y de los grupos armados. La
persistencia del conflicto armado obligó a huir de sus hogares a más
familias. Seguía habiendo 459.200 personas internamente desplazadas
a causa del conflicto;muchas vivían en asentamientos informales,
donde el alojamiento, el acceso al agua, la asistencia médica y la
educación eran insuficientes. Seguía habiendo alrededor de 2,7
millones de personas refugiadas fuera del país.
7.- Iraq
Miles de personas han sido detenidas, y
cientos condenadas a muerte o a la cárcel, muchas de ellas en
juicios injustos y por cargos de terrorismo. La tortura y los malos
tratos a detenidos siguen siendo prácticas muy extendidas y quedaban
impunes. Hay centenares de personas condenadas a muerte. Hubo al
menos 129 ejecuciones, 3 de ellas, como mínimo, de mujeres. Grupos
armados contrarios al gobierno siguieron cometiendo graves abusos
contra los derechos humanos y mataron a cientos de civiles en
atentados con explosivos, algunos de ellos suicidas. Se siguieron
registrando casos de hostigamiento, intimidación y violencia contra
periodistas y otros profesionales de los medios de comunicación. Más
de 67.000 personas procedentes de Siria se refugiaron en Irak.
8.- Myanmar
Dentro del marco de las reformas
políticas, jurídicas y económicas en curso, las autoridades
liberaron a cientos de presos, aunque seguía habiendo muchos más.
Las fuerzas de seguridad y otros agentes estatales continuaron
cometiendo violaciones de derechos humanos, como homicidios
ilegítimos, uso excesivo de la fuerza, detenciones arbitrarias,
tortura y otros malos tratos y destrucción ilegítima de propiedades
y medios de vida. Persistía la impunidad de delitos cometidos en el
pasado, incluidos crímenes contra a humanidad.
Conflictos de tierras: Durante el año
estallaron protestas por las apropiaciones de tierras y los
desalojos. Se creó una comisión parlamentaria para investigar los
conflictos de tierras. Según la información recibida, la comisión
estudió varios centenares de casos durante el último trimestre del
año –de un total de 4.000 informesr ecibidos sobre confiscaciones
de tierras– y debía presentar sus conclusiones ante el Parlamento
a principios de 2013.
9.- Yemen
La situación de los derechos humanos
mejoró durante la transición que siguió a la salida del poder del
presidente Salé tras el levantamiento de 2011. Sin embargo,
persistió la falta de información sobre la suerte que habían
corrido las personas detenidas o desaparecidas durante 2011. La
impunidad de las violaciones de derechos humanos cometidas durante el
gobierno del presidente Salé se afianzó debido a una nueva ley de
inmunidad, y la mayoría de los homicidios de manifestantes y otras
violaciones de derechos humanos cometidas en 2011 y 2012 no se
investigaron.
Se negó también la justicia a las
víctimas de violaciones de derechos humanos y del derecho
internacional humanitario cometidas en conflictos armados en algunas
zonas del país. Más de 20 personas detenidas arbitrariamente
durante el levantamiento de 2011 y las ulteriores protestas seguían
en prisión o eran víctimas de desaparición forzada.
Continuaron conociéndose casos de
tortura y otros malos tratos. Como respuesta a los disturbios del sur
del país, las fuerzas de seguridad y grupos vinculados a ellas
hicieron un uso excesivo de la fuerza, lo que causó al menos una
docena de muertes, y recluyeron arbitrariamente a decenas de personas
participantes en las protestas o partidarias de la secesión del sur.
Ansar al Sharia, grupo armado, vinculado a Al Qaeda en la Península
Arábiga y que controló algunas zonas de la gobernación de Abyan
hasta junio, cometió abusos contra los derechos humanos, incluidas
ejecuciones sumarias y amputaciones.
Una ofensiva militar del gobierno, con
el objetivo de expulsar a Ansar al Sharia de las ciudades que estaban
bajo su control, se caracterizó por las violaciones de derechos
humanos y el derecho internacional humanitario cometidas por ambos
bandos y causó muertes de civiles. Las mujeres y las niñas seguían
estando discriminadas en la ley y en la práctica y sufrían
violencia en el ámbito familiar. Se tuvo noticia de la existencia de
esclavitud en algunas zonas del país.
10.- Nigeria
Se intensificó la situación de
violencia e inseguridad para la población de Nigeria; al menos un
millar de personas murieron en ataques del grupo armado islamista
Boko Haram en el centro y el norte del país.
La policía y los militares perpetraron
con impunidad homicidios ilegítimos y ejecuciones sumarias. Miles de
personas fueron desalojadas por la fuerza de sus viviendas en
diferentes zonas del país. La reclusión ilegítima y la detención
arbitraria eran prácticas habituales.
Boko Haram: Más de un millar de
personas murieron en ataques del grupo armado islamista Boko Haram,
que reivindicó la autoría de atentados con explosivos y ataques con
armas de fuego perpetrados en todo el norte y el centro de Nigeria.
El grupo atacó comisarías de policía, cuarteles militares,
iglesias, escuelas y oficinas de periódicos, y mató a clérigos y
fieles musulmanes y cristianos, a políticos y periodistas y a
policías y soldados. En noviembre, la Fiscalía de la Corte Penal
Internacional anunció que existía una base razonable para creer que
Boko Haram llevaba cometiendo crímenes contra la humanidad desde
julio de 2009.
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