El emir de Catar, el jeque Hamad ben Jalifa al Thani, abdicó en favor de su hijo, el príncipe heredero Tamim, para dar paso "a la nueva generación", según anunció, un hecho inédito en el mundo árabe y en este rico y diplomáticamente estratégico Estado del Golfo.
Llegó "la hora de abrir una nueva página" y "confiar las responsabilidades a la nueva generación", dijo el emir, de 61 años, en un discurso transmitido por televisión.
"Estoy convencido de que (Tamim) colocará el interés del país y la prosperidad de su pueblo por encima de todo" añadió.
El nuevo emir tiene 33 años y será el soberano más joven de las monarquías del Golfo Pérsico.
El jeque Tamim ben Hamad al Thani ascenderá al trono de Catar tras la abdicación de su padre, el emir Hamad, culminando un traspaso de poder que llevará a este heredero de 33 años, apasionado por los deportes, a ocuparse de los expedientes sensibles de política interna y externa.
El jeque Tamim, cuarto hijo del emir saliente, fue nombrado hace diez años príncipe heredero de esta riquísima monarquía petrolera del Golfo. Su madre es la influyente jequesa Moza, segunda esposa del soberano.
El hombre, con fino bigote y expresión a menudo sonriente, dirige el Comité Olímpico de Catar y está al frente de la organización del Mundial de Fútbol 2022, que se llevará a cabo en su país.
También es subjefe de las fuerzas armadas y, según una fuente diplomática occidental, en los últimos tres años su padre le confió la administración del ejército y de la seguridad del emirato.
Neil Patrick, un especialista de los países del Golfo, asegura que el jeque Tamim ya asumió además "la responsabilidad de varios dossiers sensibles de política externa", pero que "no debería decidir cambios importantes sin consultarlos con su padre".
El jeque Tamim "tiene excelentes relaciones con Occidente y en particular con Estados Unidos y Francia" y ayudó a mejorar notoriamente las relaciones con Arabia Saudí, marcadas por la tensión hasta 2007, afirma una fuente diplomática.
De acuerdo con esta misma fuente, el jeque Tamim "tiene una personalidad fuerte y pudo imponerse en el seno de la familia reinante, aunque no era la primera opción" para suceder a su padre.
El jeque Tamim fue designado heredero el 5 de agosto de 2003, tras el desistimiento en su favor de su hermano Jasem, un año mayor que él (e hijo igualmente de la jequesa Moza), quien era el heredero oficial desde 1996.
Ninguna explicación se ha dado a ese viraje en la línea sucesoria, un acontecimiento excepcional.
El nuevo monarca, nacido en 1980, cursó sus estudios secundarios en Sherborne, Inglaterra. Y también recibió formación militar en Inglaterra, en la prestigiosa academia de Sandhurst, al igual que su padre.
Jugó durante mucho tiempo al tenis y al fútbol y llevó a los negocios su pasión por el césped de los estadios. Desempeñó por ejemplo un papel de primer plano en la adquisición por intereses cataríes del club de fútbol francés Paris Saint Germain.
Es presidente de la Qatar Investment Authority, que supervisa las inversiones del emirato en el extranjero y vicepresidente del Alto Consejo de asuntos económicos y de inversiones.
Supervisa igualmente varios proyectos energéticos de este país que posee las terceras reservas naturales de gas natural.
En 2005 se casó con la jequesa Jawaher, hija del jeque Hamad ben Suhaim al Thani, miembro de la familia real.
La pareja tiene cuatro hijos. Luego desposó a Al Anud Al Hajri, de otra gran familia catarí, con quien tiene dos hijos.
La tradición musulmana autoriza a tener cuatro esposas.
Tamim es el actual dueño del PSG francés, equipo que ha desembolsado miles de millones de euros para hacer un equipo campeón en Francia y en Europa.
Tiene bienes inmobiliarios, entre los que destacan lugares tan lujosos como el Hotel Monceau de París, el Hotel Gallia de Milan o el Royal Savoy Hotel Lausana de Suiza, todos ellos alojamientos habituales de los VIP de Europa.El emir invirtió además en los grupos automovilísticos alemanes Volkswagen y Porsche, los bancos globales de Barclays y Crédit Suisse, la Bolsa de Londres, el estudio Miramax Films perteneciente a Walt Disney, el grupo editorial Lagardère, la española Iberdrola o la importante cadena británica de supermercados J. Sainsbury, además de los almacenes Harrods, que le generaron ganancias multimillonarias.
La abdicación de jeque Hamad, que se había hecho con el trono en 1995 mediante una revolución palaciega, es un hecho inédito en Catar y en la historia reciente del mundo árabe, donde hasta ahora nunca un soberano había renunciado al poder voluntariamente.
El jeque Hamad había derrocado a su padre, el jeque Khalifah, el 27 de junio de 1995, en el curso de una revolución palaciega y heredó así un pequeño emirato casi desconocido entonces, con las arcas casi vacías.
Con 63 años y sin achaques de salud conocidos, el emir Khalifah podía seguir ostentando la jefatura del Estado durante muchos años más, pero prevaleció la impaciencia de su vástago por adjudicarse por derecho una condición que en buena parte ya ejercía de hecho, así que el 27 de junio de 1995, tal como había sucedido en 1972, el príncipe heredero adelantó unilateralmente las previsiones sucesorias. Aprovechando que se encontraba en Suiza de vacaciones, Hamad destronó a su padre mediante un pronunciamiento que apenas podía llamársele golpe de Estado por su simplicidad y en virtud al cual, con 45 años de edad, se autoproclamó emir y primer ministro.
El monarca depuesto se negó inicialmente a reconocer su defenestración y en los meses siguientes saltaron rumores de un inminente contragolpe en Doha de los legitimistas de la familia al Thani con el patrocinio de Arabia Saudí, Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos, no obstante haber reconocido todos estos países a Hamad a las pocas horas de su toma del poder. En efecto, el 13 de febrero de 1996 el Gobierno anunció haber abortado una intentona que se saldó con la detención de un centenar largo de policías y militares. Medios internacionales deslizaron el análisis de que el régimen de Riad era el principal interesado en el triunfo de un complot que no se sabía muy bien si encerraba un contragolpe restaurador o si perseguía instalar como emir a otro notable de los Al Thani.
Entre las disposiciones contenidas en su decreto de octubre de 1996 Hamad designó príncipe heredero al tercero de sus diez hijos varones.
El PIB per cápita es el segundo mayor del mundo
En 18 años, ha hecho de Catar el país considerado más rico del mundo. Catar se disputa con Luxemburgo el PIB per cápita más alto del planeta. Según el FMI, en el 2012 fue segundo con 106.394 dólares (en España es de 22.735). Se lo debe a los hidrocarburos, aunque también hay una razón demográfica: del millón y medio de personas que viven en el país, solo entre 20% y 30% son qataríes.
Su madre es la muy influyente Moza, segunda esposa del soberano, pero la Sheikha tiene un perfil muy particular. No proviene de las pasarelas ni del cine, sino que se graduó en sociología en la Universidad de Qatar. Tiene doctorados honoris causa de las universidades de Virginia, Texas y Carnegie Mellon (las tres tienen sedes qataríes), ha representado a la Unesco y ha promovido un fondo para la reconstrucción de Irak.
El jeque Al Thani es una persona que como muchos cataríes ha tenido que crecer con el reflejo de su padre. Con una fortuna de 2.000 millones de euros, el emir, que nada en petróleo, es cinco veces más rico que la reina Isabel II.
Una familia qatarí, al tener un hijo, recibe una cantidad de dinero, dependiendo del patrimonio. También recibe ayuda una pareja que se une en matrimonio. Se otorgan créditos para comprar casas con intereses bajísimos, en definitiva un país donde el pobre no tiene cabida.
Cabe destacar que en una empresa del Estado, un subgerente natural del emirato gana más que un gerente extranjero. Los sueldos son astronómicos y hace que en las calles abunden los Maserati, Ferrari o Porsche.
Son ellos los que disfrutan de los privilegios, potenciados por los Fondos de Inversión (dinero de los hidrocarburos invertido en varios países), mientras los extranjeros, en la mayoría de casos, gozan de sueldos jugosos. Esto, sin embargo, crea un desafío no menor: la necesidad que tiene el país de potenciar su educación, su propia tecnocracia.
No les basta tener dinero en grandes empresas (en Volkswagen, por citar otro caso, son dueños del 17%). Junto a la política exterior inclusiva que exhiben, que va desde visitas a los dirigentes de Hamás en Gaza o a varios países europeos, pasando por América Latina (Paraguay, Costa Rica, Venezuela), Qatar necesita más profesionales de su propia túnica.
La creación, en 1996, de Al Jazeera, la gran cadena televisiva es uno de los puntos más fuertes de este emirato. Tiene alrededor de 65 corresponsalías, llega a más de 100 países y la ven más de 200 millones de personas. Si uno quiere entender qué pasa en el mundo árabe, tiene que verla, como ocurrió en las crisis de Irak, Libia, Siria y, esta semana nomás, en Argelia.
Le regaló a su hijo seis islas ubicadas en el mar Jónico por 8,5 millones de euros
Hamad bin Jaliga al Thani, compró un total de seis islas griegas ubicadas en el mar Jónico por el precio de 8,5 millones de euros, según ha informado el diario británico The Guardian.
El acuerdo ha tardado 18 meses en cerrarse debido a las trabas burocráticas del proceso, según ha indicado el alcalde de Ítaca. "Grecia es ese tipo de lugar. Incluso cuando compras una isla, incluso cuando eres el emir de Qatar, te cuesta un año y medio atravesar todo el papeleo", ha valorado.
Es la mayor inversión privada en Grecia desde el inicio de la crisis Las islas, conocidas como islas Equínadas, están ubicadas frente a las costas de Acarnania, en la entrada occidental del golfo de Corinto. Al Thani mostró su interés en la compra el año pasado tras llegar al lugar en su yate privado.
La compra se ha convertido en la mayor inversión privada en Grecia desde el inicio de la crisis económica en el país. En un principio, los propietarios de la isla de Oxia solicitaron el pago de siete millones de euros, si bien finalmente lo dejaron por debajo de los cinco millones.
La semana pasada, Denis Grivas, un ciudadano greco-australiano cuya familia poseía el título de propiedad de las otras cinco islas prácticamente desde la fundación de la Grecia moderna, aceptó la propuesta del emir qatarí.
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