No cabía un alma en Neptuno. 25.000 almas cantando
desde el minuto uno a su equipo con una sonrisa de oreja a oreja.
Familias, amigos, peñas, rojiblancos de pura cepa disfrutaban de una
tarde de gloria en su fuente favorita.
Sólo habían pasado casi dos años desde la última celebración cuando el equipo colchonero levantaba la Supercopa de Europa ante el Inter de Milán con jugadores de la talla de Reyes, Kun Agüero o Diego Forlán. La euforia era igual que entonces con cánticos emociones a flor de piel y un solo lema : “Atleti, Atleti”.
Miles de hinchas estaban deseando ver a sus jugadores, a los Campeones de Europa por segunda vez en su historia en tan sólo dos años. La familia Maroto Serrano se hacía fotos para el recuerdo, eran una piña celebrando algo histórico para el equipo de sus amores.
La pasión rojiblanca inundaba las calles de Madrid desde la Puerta del Sol hasta la Cibeles pasando por el dios colchonero, Neptuno. Lágrimas de Sara, una pequeña rojiblanca que no se podía creer lo que estaba sucediendo a su alrededor.
El éxtasis llegó cuando el autobús que llevaba a los campeones rumbo a Neptuno accedía a la fuente desde la puerta del Sol. Los cánticos no cesaban y el Cholo Simeone se convertía en el centro de atención de todos los aficionados rojiblancos.
De la mano del capitán Antonio López llegaba el fin de fiesta. El ‘3’ rojiblanco
se despedía del club de su vida con un nuevo trofeo, el tercero en su
cuenta particular. El lateral iba llamando uno a uno a cada uno de los
artífices de Bucarest. Radamel Falcao fue el futbolista más aclamado de la tarde junto con el entrenador argentino. A grito unánime de ‘Ole, ole, ole, Cholo Simeone’
se despedía el equipo rojiblanco de la fuente, Neptuno espera a los
suyos en próximo mes de agosto con la conquista de la Supercopa de
Europa.
Sólo habían pasado casi dos años desde la última celebración cuando el equipo colchonero levantaba la Supercopa de Europa ante el Inter de Milán con jugadores de la talla de Reyes, Kun Agüero o Diego Forlán. La euforia era igual que entonces con cánticos emociones a flor de piel y un solo lema : “Atleti, Atleti”.
Miles de hinchas estaban deseando ver a sus jugadores, a los Campeones de Europa por segunda vez en su historia en tan sólo dos años. La familia Maroto Serrano se hacía fotos para el recuerdo, eran una piña celebrando algo histórico para el equipo de sus amores.
La pasión rojiblanca inundaba las calles de Madrid desde la Puerta del Sol hasta la Cibeles pasando por el dios colchonero, Neptuno. Lágrimas de Sara, una pequeña rojiblanca que no se podía creer lo que estaba sucediendo a su alrededor.
El éxtasis llegó cuando el autobús que llevaba a los campeones rumbo a Neptuno accedía a la fuente desde la puerta del Sol. Los cánticos no cesaban y el Cholo Simeone se convertía en el centro de atención de todos los aficionados rojiblancos.
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